lunes, 5 de septiembre de 2016

Psiqué - alma - persona

PSIQUÉ <> (ALMA) <> PERSONA

A)    TRATANDO DE DEFINIR LO INDEFINIDO



  
 


El propósito es hacer una precisión terminológica sobre las palabras con radical "psi" que, como se sabe, viene de "psiqué", alma en griego.
Definir el “alma” no es tarea fácil y no es acá la intención abocarse enteramente a ello pero sí intentar algunas precisiones que pueden ser útiles, especialmente para aclarar en algo los límites imprecisos alma-cuerpo, alma-mente, alma-cerebro u otras oposiciones que ofrece el alma (o sea la psiquis) para una continua confusión al respecto.
El uso común de la noción de psiquis, en sentido AMPLIO del término, abarca la sensibilidad, la motilidad, el campo de conciencia, el pensamiento, etc. Es decir todo aquello que es considerado “mental”. Esta exposición se apartará, pues, de este uso común.



1.   EN PRIMER LUGAR, la noción de "psiquis" será usada en sentido ESTRICTO, como una característica exclusiva, por ahora, de la especie humana.



Esta característica es la que permite al humano:
ü   tener conciencia de sí y del otro,
ü   adquirir una identidad reconocida por sí mismo y por los demás,
ü   incluirse en una red de vínculos interhumanos con papeles definidos (como lo son las relaciones de parentesco u otras),
ü   ingresar en un mundo parlante que significa no sólo el acceso a la comunicación sincrónica de las lenguas sino también el acceso al mundo del pensamiento y de las relaciones lógicas, y la entrada en la vertiente diacrónica de la cultura (representando ésta la otra gran corriente hereditaria que el humano recibe, por fuera de su programación genética).
Es preferible, por tanto, no hablar de psicología animal sino de etología, nivel de estudio del comportamiento y los vínculos que, por supuesto, abarca a los humanos (en tanto mamíferos). Se ha generado así la llamada etología humana (hay profundos estudios al respecto) pero se excluyen de ella todos los rasgos mencionados de la psiquis en sentido estricto (o sea, humana). (Claro que, al formar todas las ciencias un "continuum", entre la psicología y la etología se circunscribe también un campo común o zona de superposición).




2.   EN SEGUNDO LUGAR la psiquis no es una característica que aparece desde el nacimiento, en el humano sino que se construye. Todos los rasgos de la psiquis mencionados en el punto anterior (se podrían agregar otros) aparecen de una manera más o menos simultánea e interactuante (su aparición no es progresiva lineal sino progresiva estructural) hasta funcionar en un todo más o menos armónico.



  Esta situación ya nos resulta muy clara cuando en el niño madura la función semiótica (o simbólica) ya programada en sus genes, lo que le da su capacidad de hablar e instalarse con cierta seguridad en la red pronominal (yo-tu-él), es decir, reconocerse a sí mismo como persona (característica ausente en otras especies aunque existan en ellas vínculos individualizados y estables).
Al decir persona aludimos a cierta estructura que se forma en el vínculo con otras "personas" y que desborda los límites del individuo. En realidad es excéntrica con respecto a esa imprescindible unidad biológica que se llama individuo (indiviso).
Por el contrario: nadie es persona si un otro (otra persona) no lo identifica como tal (recordar a Hegel y el deseo “fundamental” de ser reconocido). Por eso una persona no existe “dentro de” sino "entre" los individuos.
Es la persona, aquélla que puede desintegrarse y morir (p. ej. psicosis graves, demencias) o no llegar a formarse (autismo grave infantil) aunque el individuo esté intacto en todo lo demás.
Es la persona quien puede matar su propio cuerpo en aras de otras reivindicaciones (inmolación) o con el paradójico fin de protegerse de sufrimientos extremos (suicidio según Winnicott).
También, como persona vive antes de nacer (en la persona de sus padres a quienes ya alimenta) y vive luego de morir (en la persona de sus prójimos a quienes sigue alimentando).
Persona ésta que, puesta separada del cuerpo bajo la forma de alma, espíritu, dios o demonio, puebla la lengua, las creencias, el mito, la saga, la religión, los ritos funerarios, el delirio, las alucinaciones...
 Persona en fin que, para sobrevivir, está en permanente tensión entre defender su identidad y mantener sus vínculos.







3.        EN TERCER LUGAR, se deduce de lo ya dicho de sus rasgos, que la psiquis no es algo inmanente, no surge sola, por propio impulso, sino que se construye en el vínculo humano.




 En este sentido es el producto de una interacción o, si se quiere, es esa misma interacción estructurada; estructura en permanente construcción y progresión y cuya destrucción y regresión apunta a la patología.
Su aparición en la filogenia corresponde a un SALTO ESTRUCTURAL y por lo tanto a un salto evolutivo similar al pasaje de lo inorgánico a lo orgánico (pasaje del que aún no ha sido revelado el secreto)
Por eso no se puede considerar a la psiquis simplemente como una función del cerebro (aunque ese cerebro sea imprescindible para que exista) así como no se considera a la vida como una simple propiedad físico-química (aunque el soporte físico-químico sea imprescindible para la vida).
Al hablar de un SALTO ESTRUCTURAL, se está señalando un cambio sustancial en las propiedades, las leyes de funcionamiento y los modos de operar del nuevo sistema considerado (sea vida o sea persona) en relación al sistema que le precede y sobre el cual se apoya (soporte físico-químico para la vida o cerebro para la persona).
Bien se sabe que las leyes biológicas como ser: leyes genéticas, mutación y selección, equilibrios ecológicos, etc., son diferentes de las leyes físico-químicas.
Del mismo modo, las leyes que organizan los vínculos interpersonales en la especie  humana así como las particulares propiedades de la herencia cultural y los complejos modos de operar de las identidades tanto personales como grupales, son muy diferentes de los sistemas biológicos (las leyes “humanas” no se cumplen sí o sí -como las biológicas- sino que pueden cumplirse o violarse; por ejemplo: la prohibición del incesto).




2.             EN CUARTO Y ÚLTIMO LUGAR, es casi imposible encontrar diferencias nítidas y significativas en una serie de conceptos, que aparecen como intercambiables sin mayor violencia:





- psiquis (psique, psiqué),
- alma (ánima, espíritu),
- yo (como total y no como instancia),
- sí mismo (mí mismo o self),
- sujeto (y también subjetivo, por oposición a objeto-objetal),
- ser (humano),
- identidad,
- PERSONA.


(también se está observando el uso, en un sentido amplio, de los conceptos de narcisismo, narcisización, etc., para referirse a la misma estructura).

Si preferimos usar a menudo el término persona es por:
·               Su etimología: Del latín: "Personare", resonar; voz aplicada en principio por los romanos a la máscara que usaban los actores en el teatro; de allí pasó a significar el personaje mismo. Nos interesa destacar esta condición de máscara parlante, de otra estructura que habla, superpuesta y con caracteres propios, diferentes de quien la sostiene.
·               Su definición filosófica: Persona es el sujeto que desempeña un papel, el que se impone una misión, el que da sentido a su vida; se opone a cosa, o animal, o mero individuo (Vocabulario Filosófico de A. Lalande).
·               Su empleo en un sentido inespecífico en ciencia, lo que nos permite hacerle abarcar todas las expresiones equivalentes mencionadas sin necesidad de continuas aclaraciones conceptuales.
·               La versatilidad de su radical "person" en el uso de formas sustantivas, adjetivas o verbales (personificación, personal, personalizar, etc.).




B)    ALGUNAS CONSECUENCIAS DE ESTA “ESTRICTA” DEFINICIÓN





Ø  Sobre los diversos componentes que APORTAN a la psiquis SIN SER ELLA MISMA, produciendo ese solapamiento inevitable entre las diversas ciencias que se ocupan de lo humano:

¨      El aporte del soma: CIENCIAS BIOLÓGICAS (genética, neurología, endocrinología, inmunología, etc.)
¨      El aporte del grupo: CIENCIAS DEL HOMBRE (sociología, antropología, semiótica, epistemología, etc.)
¨      El aporte de la filogenia (etología humana)

Ø  Sobre una más clara delimitación del campo específico de la psicoterapia

ü   La noción de cura: ¿cura la psicoterapia? No en el sentido biológico del término.
ü  ¿Cambia la psicoterapia? El cambio permanente de la identidad dentro de su núcleo estable.
ü  Psicoterapia y aprendizaje: el saber sobre sí y el otro. Terapeuta y paciente como maestros y como aprendices.

Ø  Sobre las tópicas freudianas: toda la concepción freudiana del aparato psíquico está referida a esta nueva estructura (para nada toca los aspectos neurológicos o biológicos en general) pero concebida como dentro y no entre los individuos

Ø  Sobre una redefinición de lo inconciente y la conciencia: Ver al inconciente no simplemente en relación a la conciencia como campo, sino en relación a la conciencia de sí (o metaconciencia), es decir, la autopercepción de la identidad. Lo inconciente más bien como un des-conocimiento o un no-reconocimiento de un aspecto de sí.



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